Una sonda de la NASA que sobrevoló Mercurio este mes ha detectado una misteriosa formación geológica que los científicos bautizaron el miércoles como "La araña", y hallado evidencias de actividad volcánica pasada en el planeta más cercano al sol.
La sonda MESSENGER de la agencia espacial de Estados Unidos pasó el 14 de enero junto a Mercurio, de modo que sus siete sensores pudieran reunir información sobre este planeta, del que apenas se tienen datos. La sonda pasará de nuevo junto a Mercurio en octubre y septiembre de 2009, antes de emprender una órbita de un año en torno al planeta.
Si bien Mercurio puede parecer similar a la Luna, con una superficie rocosa y cráteres, los científicos creen que los nuevos hallazgos muestran que son muy diferentes.
"No es el planeta que esperábamos. No era la Luna", comentó Sean Solomon, del Carnegie Institution de Washington, que dirige la investigación. "Es un planeta muy dinámico, donde pasan muchísimas cosas", añadió.
Mercurio es un misterio en muchos sentidos, y su proximidad al sol ha hecho difícil observarlo desde la Tierra.
"La araña" fue lo que más llamó la atención de los científicos. Está compuesta por más de 100 zanjas estrechas de fondo plano que se extienden desde un punto central, casi como los pétalos de una margarita o las patas de una araña.
Esta formación geológica tiene un cráter de 40 kilómetros de ancho cerca de su centro, pero no está claro si está relacionado con los rasgos de la formación original y los científicos no están seguros de cómo interpretarlo.
"Es un verdadero misterio", dijo Louise Prockter, del Laboratorio de Física Aplicada de la Hopkins University en Laurel, Maryland, que trabaja en la misión.
"La araña" está en el centro de la planicie Caloris de Mercurio, uno de los mayores cráteres de impacto del sistema solar, formado hace más de 3.800 millones de años atrás, cuando cayó un gran meteorito.
De acuerdo a las nuevas observaciones de la sonda, se cree que el diámetro de la planicie Caloris es de 1.550 kilómetros, superando las estimaciones previas basadas en datos de la Mariner 10, que sobrevoló el planeta en 1974 y 1975.
Según Prockter, los datos de la Mariner 10 ya aportaron indicios de actividad volcánica, pero que no fueron aceptados universalmente. A la luz de las nuevas observaciones, Prockter agregó que "hay muy pocas dudas, creo, en las mentes de la mayoría de nosotros del equipo geológico de que ha habido actividad volcánica generalizada en la superficie de Mercurio